martes, 3 de noviembre de 2015

FRANCIA Y GRAN BRETAÑA EN LUCHA POR LA HEGEMONÍA

Los conflictos bélicos europeos del siglo XVIII tuvieron como telón de fondo la rivalidad económica y colonial entre Francia e Inglaterra.
Publicado por Alba Ruiz Vinuesa.


En gran medida, la historia del siglo XVIII europeo fue la historia de la rivalidad entre Francia e Inglaterra por la hegemonía, no solo en el continente, sino en el mundo. Tras el período de predominio francés con Luis XIV, la confrontación entre ambas potencias se manifestó en los campos de batalla, en los mares y también en la oposición de sus sistemas políticos: el absolutismo frente al parlamentarismo.
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La crisis del absolutismo francés.
Tras la muerte de Luis XIV, en 1715, el Antiguo Régimen en Francia pasó por un período de inestabilidad creciente con los reinados de Luis XV y Luis XVI.

El parlamentarismo inglés. 
A lo largo del siglo XVIII, Inglaterra se convirtió en una gran potencia política, económica y colonial.
Se instauró la dinastía de Hannover (dinastía alemana) en virtud del Acta de Establecimiento (1701), con los reinados de Jorge I, Jorge II y Jorge III. La nueva casa reinante unió los reinos de Inglaterra y Escocia bajo el nombre de Gran Bretaña con el Acta de Unión en el 1707.
Se consolidó el sistema parlamentario, según el cual el rey reina pero no gobierna. Quien gobierna es el Parlamento y los ministros.
Pese a la independencia de las colonias de América del Norte, Inglaterra creó un poderoso imperio colonial, a costa de Francia. Su poder en el mar se hizo indiscutible y su hegemonía comercial le permitió dar los primeros pasos en la Revolución Industrial.

Jorge II
La guerra económica.
Los conflictos bélicos europeos del siglo XVIII tuvieron como telón de fondo la rivalidad económica y colonial entre Francia e Inglaterra.
Inglaterra contaba con una serie de ventajas sobre Francia:

  • El liberalismo económico inglés, desarrollado por Adam Smith.
  • Las primeras innovaciones tecnológicas de la Revolución Industrial.
  • El tratado de Methuen con Portugal (1703) que la permitió la entrada en este país. Otorgó a Inglaterra el monopolio del comercio con Brasil y le permitió usar el puerto de Lisboa como base comercial.
  • El tratado de Utrecht (1713) con el que se apoderó de Menorca y Gibraltar, puntos estratégicos del comercio mediterráneo.
  • El navio de permiso, una autorización para enviar anualmente un barco a los puertos de la América española.
  • El derecho de asiento, la participación en el comercio de esclavos.
La paz de París (1763), tras la Guerra de los Siete Años supuso para Inglaterra el dominio sobre Canadá, los territorios situados al Este del Mississipi y diversas colonias francesas en la Antillas y en la India.

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